¿En qué consiste?
En las luxaciones acromioclaviculares con mayor desplazamiento existe una lesión completa tanto todos los ligamentos que estabilizan esta articulación y de la musculatura que la recubre, en estos grados más severos es cuando nos plantearemos un tratamiento quirúrgico.
La intervención consiste en llevar de nuevo la clavícula a su sitio lo que se denomina reducir, una vez reducida se coloca un dispositivo que permita mantener inmóvil el tiempo necesario (4-6 semanas) para que los ligamentos y partes blandas cicatricen y vuelvan a estabilizar de manera natural esa articulación.
¿Cómo es la intervención?
Esta intervención se realiza bajo anestesia general que además asocia una técnica de bloqueo nervioso periférico eco-guiado del miembro a operar, este bloqueo facilita la intervención y elimina en gran medida el dolor en el postoperatorio inmediato.
Este procedimiento, en nuestro caso, es llevado a cabo mediante artroscopia y un pequeño abordaje sobre la articulación acromioclavicular. La artroscopia nos permite valorar toda la articulación del hombro descartando lesiones asociadas, realizamos unos pequeños túneles a través de la clavícula y la coracoides que es la zona de la escápula donde anclan naturalmente los ligamentos que sujetan la clavícula. A través de estos túneles colocamos un dispositivo compuesto por 2 botones de pequeño tamaño de titanio unidos por una doble cinta de alta resistencia, este sistema permite llevar la clavícula a su sitio y mantenerla inmóvil durante la cicatrización de las partes blandas.
La intervención dura aproximadamente 90 minutos y el paciente permanece ingresado 24 horas.
¿Cómo es la recuperación?
Durante 6 semanas el brazo permanecerá en cabestrillo la mayor parte del día pero retirándolo para duchar y para hacer movimiento de codo y mano. Tras estas semanas se retirará definitivamente el cabestrillo y comenzaremos a mover progresivamente.
¿Se necesita rehabilitación?
La rehabilitación es fundamental para ayudar a la recuperación de la movilidad, esta última se pierde inexorablemente tras la inmovilización por lo que el papel de los fisioterapeutas es básico a la hora de conseguir lo antes posible una movilidad óptima y así pasar a la fase de recuperar la fuerza.